¿Y si siempre comprimiste… en el lugar equivocado?
Hoy exploramos cómo una herramienta aún lejana para muchos —el TEE— nos deja una lección muy cercana: mover las manos, cuando es necesario, puede ser más importante que hacer más.
El protocolo decía “comprime fuerte y rápido”…
Pero nunca dijo: “asegúrate de estar sobre el corazón”.
Durante años, hemos hecho compresiones torácicas siguiendo la guía universal: en el centro del pecho, mitad inferior del esternón. Y en teoría, eso debería bastar.
Pero ¿y si el corazón no está donde creímos?
En este nuevo estudio publicado en Resuscitation (2025), un equipo de emergenciólogos y anestesiólogos en Australia documentó algo increíble: en el 89% de los pacientes en paro cardíaco extrahospitalario, las compresiones no estaban dirigidas al ventrículo izquierdo.
Estaban sobre el tracto de salida, sobre la raíz aórtica… o solo colapsaban el ventrículo derecho.
Y entonces, ¿qué esperábamos que perfundiera?
Con la ayuda de ecografía transesofágica (TEE) durante la reanimación, este equipo logró ver en tiempo real dónde estaba cayendo cada compresión, y guiar el reposicionamiento manual hasta lograr una contracción visible del VI. El resultado: mejoras clínicas inmediatas, incluyendo cambios de ritmo y retorno de circulación espontánea.
No fue magia.
No fue tecnología de otro planeta.
Fue simplemente mover las manos… al lugar correcto.
Y eso nos obliga a preguntarnos:
¿cuántas veces creemos que estamos haciendo RCP de calidad,
pero en realidad… solo estamos estorbando la salida del corazón?
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