¿Salvar o dañar? Adrenalina: un dilema centenario en la reanimación

Mejora el RCE, pero podría costarte el cerebro: el lado oscuro de la adrenalina en la reanimación.

“El corazón volvió a latir… pero nunca volvió el paciente en sí.”

Es una frase que se escucha con más frecuencia de la que quisiéramos. Un paciente posterior a RCP, con pulso y presión, pero sin respuesta neurológica. Está vivo, sí, pero ¿realmente volvió?

En el protocolo de paro cardíaco, la adrenalina es la reina indiscutible: su uso está tan arraigado que se administra casi de forma automática. Sabemos que mejora el retorno de la circulación espontánea (RCE) y por eso la usamos, una y otra vez. Sin embargo, cada vez hay más evidencia que cuestiona su papel en lo que realmente importa: la sobrevida con buena calidad neurológica.

Este artículo es una invitación a mirar más allá del pulso.
A preguntarnos si ese pulso es el inicio de la recuperación…
…o simplemente el preludio de un desenlace más trágico.

Hasta aquí, hemos planteado la pregunta que todo anestesiólogo debería hacerse alguna vez:
¿Qué estamos realmente logrando con cada dosis de adrenalina?

Pero la evidencia, el análisis clínico, los dilemas fisiológicos en quirófano y una reflexión crítica desde el punto de vista anestésico continúan…

---

🧠 ¿Quieres saber…?

• Qué reveló realmente el ensayo PARAMEDIC2 y por qué divide a la comunidad médica.

• Cómo la adrenalina puede afectar la perfusión cerebral, incluso cuando logramos RCE.

• Qué alternativas existen en el paro intraoperatorio y cómo debe actuar el anestesiólogo en tiempo real.

• Por qué tal vez no deberíamos usar adrenalina por rutina… al menos no siempre.

• Y una opinión incómoda: ¿estamos reanimando… o prolongando la agonía?