Noradrenalina vs. Adrenalina después del Paro Cardíaco: ¿Es hora de repensar nuestra estrategia?
Aunque históricamente usamos adrenalina post-RCE, una nueva revisión sistemática (American Journal of Emergency Medicine, 2025) plantea que la noradrenalina podría reducir el riesgo de re-arresto.
La adrenalina ha sido durante décadas la piedra angular del soporte vital avanzado. Apenas logramos recuperar circulación espontánea efectiva (RCE) tras un paro cardíaco, la adrenalina ya está lista para mantener esa frágil estabilidad hemodinámica.
Pero ¿qué pasaría si, por costumbre o protocolo rígido, estuviéramos usando el medicamento equivocado en este momento crítico?
Un nuevo meta-análisis publicado recientemente en el American Journal of Emergency Medicine (2025) por Williams et al., pone sobre la mesa esta provocadora cuestión clínica al comparar directamente la eficacia de noradrenalina frente a la tradicional adrenalina en el manejo del shock post-resucitación.
La evidencia prehospitalaria y extrahospitalaria recopilada durante años nos ha dicho que, si bien la adrenalina recupera el pulso, no siempre mejora la supervivencia neurológica a largo plazo y puede incluso aumentar el riesgo de re-arresto debido a sus intensos efectos beta-adrenérgicos.
Este análisis sistemático, incluyendo más de 3400 pacientes, sugiere algo potencialmente transformador: el uso de noradrenalina podría reducir significativamente el riesgo de que un paciente vuelva a caer en paro cardíaco durante la fase crítica post-RCE.
¿Es posible que nuestra práctica anestésica y quirúrgica habitual deba reconsiderar profundamente cómo manejamos el soporte hemodinámico tras el retorno de circulación espontánea?
Quizás sea momento de preguntarnos: ¿seguiremos administrando adrenalina por rutina, o daremos un paso hacia una reanimación más fisiológica, racional y basada en evidencia?
Este texto no busca simplemente revisar resultados; quiere invitarte a repensar tus decisiones clínicas más inmediatas en situaciones de paro cardíaco intraoperatorio.
¿Qué mostró el nuevo meta-análisis sobre adrenalina vs. noradrenalina post paro cardíaco?
El reciente estudio publicado por Williams y colaboradores en el American Journal of Emergency Medicine (2025) realizó un análisis sistemático y meta-análisis comparando directamente el uso de noradrenalina frente a la adrenalina en el manejo hemodinámico después del retorno a la circulación espontánea (RCE).
Estos son los hallazgos clave del estudio, claramente resumidos para aplicación clínica inmediata:
🔹 1. Riesgo de re-arresto (nuevo paro cardíaco)
Noradrenalina:
Presentó una reducción significativa (aproximadamente 20%) en el riesgo de un nuevo episodio de paro cardíaco posterior al RCE, comparado con la adrenalina.
Adrenalina:
Aumentó consistentemente la probabilidad de eventos arrítmicos y re-arresto, atribuido principalmente a sus efectos beta-adrenérgicos más pronunciados y mayor consumo miocárdico de oxígeno.
🔹 2. Estabilidad hemodinámica inmediata tras el RCE
Noradrenalina:
Proporcionó una estabilización más rápida y más predecible de la presión arterial media (PAM), manteniendo una adecuada perfusión coronaria y cerebral con menor incidencia de taquicardia extrema o arritmias recurrentes.
Adrenalina:
Mostró rápida elevación de presión arterial inicial, pero con inestabilidad hemodinámica frecuente a mediano plazo, reflejada en fluctuaciones importantes de PAM y mayor inestabilidad rítmica.
🔹 3. Resultados neurológicos (escala CPC)
Noradrenalina:
Aunque no hubo una diferencia estadísticamente significativa en resultados neurológicos finales, la menor incidencia de re-arresto podría sugerir potencial beneficio neurológico indirecto a largo plazo.
Adrenalina:
Mantuvo resultados neurológicos similares a corto plazo, pero potencialmente comprometidos por el aumento de episodios de re-arresto y la consecuente reperfusión intermitente y daño neuronal acumulativo.
🔹 4. Seguridad y efectos adversos
Noradrenalina:
Se asoció con menos eventos adversos relacionados con taquiarritmias ventriculares o isquemia miocárdica secundaria al manejo post-paro.
Adrenalina:
Mostró mayor incidencia de complicaciones cardiovasculares y arrítmicas, incrementando la necesidad de intervenciones secundarias (antiarrítmicos, desfibrilación adicional).
Este análisis sistemático no deja dudas: aunque la adrenalina sigue siendo útil para restaurar inicialmente la circulación durante la RCP, su utilidad en la fase inmediatamente posterior al retorno a la circulación podría ser cuestionable.
La noradrenalina, en cambio, ofrece una alternativa más fisiológica, estable y segura, que podría reducir significativamente la probabilidad de nuevos episodios de paro cardíaco durante esos minutos críticos tras el RCE.
¿Debería entonces cambiar nuestra práctica clínica habitual y comenzar a considerar la noradrenalina como vasoactivo preferido después del paro cardíaco en quirófano?
¿Cómo trasladar estos hallazgos a tu práctica intraoperatoria inmediata?
Los resultados del meta-análisis de Williams y colaboradores (American Journal of Emergency Medicine, 2025) no tienen sentido si no los llevamos directamente al quirófano. Aquí tienes recomendaciones prácticas específicas y claras para considerar la incorporación inmediata de noradrenalina en tu estrategia post-paro cardíaco intraoperatorio:
1. Considera la noradrenalina inmediatamente tras lograr RCE
Tras la recuperación inmediata de circulación espontánea, valora iniciar noradrenalina como primera línea vasoactiva para optimizar presión arterial media (PAM ≥65-75 mmHg).
Usa noradrenalina en infusión inicial (0.05-0.1 µg/kg/min), titulando rápidamente según respuesta clínica, invasiva y parámetros fisiológicos objetivos.
2. Minimiza exposición a la adrenalina en fase post-RCE
Limita el uso rutinario de adrenalina tras RCE, especialmente en pacientes con elevada inestabilidad rítmica o aquellos con cardiopatía isquémica o antecedente de arritmias.
Reserva la adrenalina para pacientes muy específicos (shock profundo refractario inicial, sin respuesta a noradrenalina u otras opciones vasoactivas).
3. Establece protocolos claros de manejo hemodinámico post-RCE intraoperatorios
Incorpora la noradrenalina explícitamente en tus algoritmos visuales y escritos en quirófano, indicando claramente cuándo y cómo emplearla tras lograr el RCE.
Facilita que tu equipo tome decisiones rápidas y fisiológicamente fundamentadas para optimizar perfusión cerebral y miocárdica inmediata.
4. Monitoreo invasivo estricto durante uso de noradrenalina
Prioriza línea arterial invasiva inmediatamente tras RCE para monitorear estrechamente presión arterial media, respuesta hemodinámica y adaptación rápida de dosis de noradrenalina.
Complementa idealmente con parámetros fisiológicos adicionales como ETCO₂ y NIRS cerebral para guiar la titulación precisa y segura del vasoactivo.
5. Capacita continuamente al equipo anestésico y quirúrgico
Realiza simulaciones prácticas regulares centradas específicamente en el manejo post-paro cardíaco inmediato con noradrenalina vs. adrenalina.
Asegura que todo el personal clínico del quirófano entienda claramente cuándo, cómo y por qué usar noradrenalina inmediatamente tras RCE.
🧠 Reflexión final: ¿Es tiempo de dejar atrás la adrenalina post-paro en quirófano?
Durante años hemos utilizado adrenalina inmediatamente después de recuperar circulación espontánea. Lo hacemos casi automáticamente, respaldados por tradición y protocolos históricos, convencidos de que es la mejor opción.
Sin embargo, la reciente evidencia publicada por Williams et al. (American Journal of Emergency Medicine, 2025) nos plantea una pregunta crítica y muy específica: ¿Estamos seguros de que es la mejor estrategia en el contexto intraoperatorio, o simplemente seguimos una tradición clínica cómoda?
Este meta-análisis nos muestra claramente que, aunque la adrenalina puede restablecer rápidamente el pulso, su uso continuo en la fase post-paro podría aumentar la incidencia de re-arresto debido a su fuerte efecto beta-adrenérgico, con potencial inestabilidad rítmica e isquemia miocárdica secundaria.
La noradrenalina emerge entonces no como una simple alternativa, sino como una estrategia fisiológicamente más lógica y clínicamente más segura para mantener una presión arterial estable y disminuir el riesgo de recurrencia del paro cardíaco.
Cambiar de adrenalina a noradrenalina post-paro no es solo una cuestión farmacológica, es una decisión basada en fisiología, lógica clínica y nueva evidencia robusta.
Quizás sea hora de que en nuestros quirófanos la pregunta ya no sea “¿ponemos más adrenalina?”, sino más bien “¿ya iniciamos la noradrenalina?”.
Tal vez la adrenalina, al menos en la fase inmediata posterior al retorno de la circulación espontánea, debería dejar de ser la rutina y convertirse en la excepción, especialmente cuando contamos con evidencia clara que apoya otras opciones más fisiológicas.
«En reanimación post-paro cardíaco, quizás la adrenalina no sea siempre la respuesta.
¿Estamos listos para cambiar hacia una reanimación más fisiológica?»
— Rafael Herrera / REASEL
💬 ¿Y tú qué opinas?
¿Has reconsiderado alguna vez el uso de adrenalina tras recuperar circulación espontánea en quirófano?
¿Ya utilizas noradrenalina como alternativa inmediata en tu práctica clínica habitual post-RCE? ¿Con qué resultados?
¿Crees que es momento de actualizar nuestros protocolos de manejo hemodinámico en la fase post-paro cardíaco intraoperatorio?
Tu experiencia clínica cuenta. Comparte en los comentarios tus prácticas, reflexiones y desafíos con el manejo vasoactivo tras RCE.
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