Todo iba bien en el quirófano. La cirugía transcurría sin complicaciones, el equipo quirúrgico trabajaba con precisión y el anestesiólogo mantenía la estabilidad del paciente. Hasta que algo cambió.
Primero, una leve caída en la presión arterial. Luego, taquicardia inexplicada. En minutos, bradicardia intensa… asistolia.
“¡Paro cardíaco!”
El equipo entra e…
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