Bicarbonato en paro pediátrico: ¿mito, tradición o riesgo innecesario?
🧬 Una revisión crítica del uso de bicarbonato durante RCP intrahospitalaria pediátrica, basada en evidencia prospectiva. ¿Por qué seguimos usándolo si empeora los desenlaces?
“¡Adrenalina!… otro mililitro. ¡Carga desfibrilador!… seguimos sin respuesta. ¿Alguien pidió bicarbonato?”
La escena es familiar. Un paro prolongado en quirófano pediátrico, sin respuesta a las intervenciones iniciales, y alguien —casi por reflejo— sugiere: “denle bicarbonato”. Porque se ha hecho así. Porque “algo hay que hacer”. Porque en medio del caos, cualquier acción parece mejor que ninguna.
Pero… ¿qué dice la evidencia? ¿Realmente ayuda el bicarbonato durante la RCP pediátrica? ¿O es una intervención más simbólica que fisiológica?
Hoy analizamos un estudio multicéntrico robusto, del proyecto ICU-RESUS, que se atrevió a preguntarlo con datos, no con dogmas. Y lo que encontró debería cambiar nuestra práctica para siempre.
Te invito a suscribirte —puede ser de forma GRATUITA o con una aportación mensual de solo 5 USD.
Al hacerlo, nos ayudas a seguir revisando artículos todos los días, sintetizarlos con sentido clínico, y compartir contigo herramientas prácticas como tablas, algoritmos y checklist que puedas aplicar en entornos hospitalarios reales, no en simulaciones idealizadas.
Gracias por formar parte de esta comunidad crítica, comprometida y en evolución.
👉 Continúa leyendo…
📚 Análisis del artículo
El estudio “Sodium Bicarbonate Use during Pediatric Cardiopulmonary Resuscitation” es un análisis secundario preespecificado del proyecto multicéntrico ICU-RESUS, que incluyó 1,100 eventos de paro cardíaco intrahospitalario pediátrico (p-IHCA) en 18 UCIP de Estados Unidos entre 2016 y 2021.
El objetivo fue evaluar la asociación entre el uso de bicarbonato de sodio durante la RCP y los desenlaces clínicos, particularmente la supervivencia al alta hospitalaria y la supervivencia con función neurológica favorable.
📊 ¿Qué encontraron?
Uso de bicarbonato
Se administró en 528 de los 1,100 paros (48%), a pesar de que las guías de la AHA lo desaconsejan rutinariamente desde 2005.
Su uso fue más común en:
Pacientes con diagnóstico cardíaco (médico o quirúrgico)
Mayores puntajes PRISM y VIS (más gravedad)
Eventos más prolongados (>10 min)
Paros con FV/TV o AESP/asistolia
Casos con causas identificadas como hipotensión, acidosis pre-RCP, ECMO postparo y esternotomía en curso
🧪 Metodología científica
Se utilizó un modelo de propensión ponderado por puntuación inversa (IPTW) para reducir el sesgo de indicación (es decir, que los pacientes más graves recibieran más bicarbonato).
Se excluyeron los extremos sin equivalentes comparables.
El modelo final controló por:
Ritmo inicial
Edad
Categoría diagnóstica (cardíaco médico, quirúrgico o no cardíaco)
Duración de la RCP
Sitios que no lograron balancear (D y J)
Niveles de creatinina (como marcador indirecto de estado metabólico y renal)
🧠 Resultados principales
🧬 ¿Y la fisiología?
No hubo evidencia de mejora hemodinámica en los primeros 10 minutos de RCP en pacientes que recibieron bicarbonato.
En algunos subgrupos pediátricos, incluso se documentaron presiones arteriales promedio más bajas.
La administración de bicarbonato no aumentó la probabilidad de ROSC (retorno a la circulación espontánea).
La asociación negativa con la supervivencia persistió incluso tras ajustar por duración de la RCP y gravedad clínica.
🧨 Posibles mecanismos de daño
Los autores discuten mecanismos plausibles por los cuales el bicarbonato podría empeorar los resultados:
Acidosis intracelular paradójica (por desplazamiento de CO₂)
Hiperosmolaridad
Hipopotasemia e hipocalcemia
Aumento de la presión osmótica plasmática → disminución de flujo cerebral o renal
Retraso en otras intervenciones clave por confiar en un fármaco sin beneficio probado
📉 Una intervención sin evidencia… pero con mucha inercia
A pesar de que las guías AHA desde 2005 desaconsejan su uso rutinario, este estudio confirma que el bicarbonato se sigue utilizando en casi 1 de cada 2 paros pediátricos, especialmente en los más graves. Y se asocia sistemáticamente con:
Menor tasa de alta hospitalaria
Peores desenlaces neurológicos
Ningún beneficio en el RCE
Los autores sugieren que el bicarbonato sigue siendo visto como una intervención de “último recurso”, aplicada en momentos de desesperación más que por indicación fisiológica.
🏥 Aplicación intraoperatoria
En el quirófano, cada decisión durante un paro cardiaco pediátrico ocurre bajo presión, con acceso inmediato a fármacos, laboratorio, monitoreo invasivo… y sin margen para errores rituales.
El bicarbonato de sodio está al alcance, en la charola de emergencia, en la mente colectiva del equipo. Pero ¿sigue teniendo sentido usarlo en 2024, dentro del quirófano, bajo condiciones controladas y con monitoreo continuo?
Este estudio nos obliga a replantearlo.
🎯 ¿Cuándo se administra bicarbonato en quirófano?
En la práctica, el bicarbonato suele usarse por tres razones principales:
Acidosis metabólica severa (real o asumida)
– Se infiere por duración del paro, lactato elevado, bajo pH venoso o gases sin resultado inmediato.
– Pero… ¿se corrige la causa o solo el número?
Hiperkalemia sospechada o confirmada
– Casos con lesión renal, transfusión masiva o cardioplejía con potasio elevado.
– Aquí sí tiene justificación, pero debe ir acompañado de calcio y otras medidas estabilizadoras.
Falla a otras maniobras → “último recurso”
– Se administra como acto simbólico al final de una RCP prolongada.
– Este uso emocional, más que fisiológico, es el que se asocia con mayor mortalidad.
❌ Por qué NO usarlo “por si acaso”
El bicarbonato no revierte el paro. No mejora el RCE ni la presión diastólica.
Puede inducir acidosis intracelular paradójica, hipokalemia e hipocalcemia.
Puede generar un falso sentido de intervención activa, cuando la causa subyacente no se ha resuelto.
En quirófano tenemos monitoreo ácido-base en tiempo real: hay mejores formas de evaluar y tratar la acidosis.
🧠 Preguntas que deberían guiar su uso intraoperatorio
¿Tengo una gasometría actual que justifique su uso?
¿El paciente tiene hiperpotasemia real o sospechada con soporte fisiológico?
¿He agotado otras intervenciones que sí han mostrado beneficio?
¿Estoy prescribiendo bicarbonato por fisiología… o por desesperación?
✔️ Recomendación práctica intraoperatoria
En quirófano tenemos ventaja: monitoreo continuo, disponibilidad de laboratorio, equipos entrenados. No necesitamos adivinar.
No hay razón para seguir usando bicarbonato como un reflejo sin evidencia.
✅ Recomendaciones prácticas inmediatas
Estas son acciones que puedes implementar desde ahora para un uso racional, seguro y basado en fisiología del bicarbonato durante la RCP pediátrica intraoperatoria:
❌ Lo que NO se debe hacer
No usar bicarbonato de forma rutinaria durante la RCP pediátrica.
Está asociado a menor supervivencia y peor desenlace neurológico.
No administrarlo “por protocolo” o como maniobra de cierre simbólica.
Intervenciones sin objetivo fisiológico claro pueden entorpecer la toma de decisiones.
No usarlo para corregir gasometrías venosas “feas” sin contexto clínico.
Corregir el número no equivale a corregir la causa.
✅ Lo que SÍ se debe considerar
Valorar su uso solo en escenarios específicos con indicación fisiológica clara:
📉 pH arterial <7.0 con acidosis metabólica severa y refractaria.
⚡ Hiperkalemia (>6.5 mmol/L) o sospecha con signos clínicos (EKG).
💊 Sobredosis de antidepresivos tricíclicos, con ensanchamiento del QRS.
Asegurarse de tener una gasometría reciente y correlación clínica.
Si se administra bicarbonato:
Usar dosis fraccionadas (ej. 0.5–1 mEq/kg).
Anticipar cambios en potasio y calcio séricos.
Repetir gasometría a los 5–10 minutos.
✅ Checklist – ¿Por qué seguimos usando bicarbonato?
🧠 Preguntas que debemos hacernos antes de administrar bicarbonato en paro pediátrico:
🔍 ¿Tiene base fisiológica?
¿Existe acidosis metabólica severa confirmada (pH < 7.0)?
¿Hay hiperpotasemia documentada o clínicamente evidente?
¿Se trata de una sobredosis con indicación específica (tricíclicos)?
¿Ya corregí causas reversibles reales (hipoxia, hipovolemia, taponamiento, etc.)?
🚫 ¿Lo estoy usando solo como reflejo?
¿Estoy dando bicarbonato “porque ya se hizo todo lo demás”?
¿Lo administro por rutina o presión del equipo?
¿Lo uso para “cerrar el código” aunque sé que no cambiará el pronóstico?
¿Lo prescribo sin gasometría ni evaluación fisiológica real?
⚖️ ¿Estoy evitando lo que sí tiene evidencia?
¿Estoy monitorizando presión diastólica o ETCO₂ durante la RCP?
¿Estoy valorando el uso de esmolol o vasopresores alternos cuando corresponde?
¿He ventilado con estrategia protectora o adaptada al caso?
¿Estoy guiando mi toma de decisiones por fisiología y no por tradición?
🧭 Decisiones con intención, no con inercia
✅ Si puedo justificar el bicarbonato con fisiología, lo uso.
❌ Si no puedo justificarlo, no lo convierto en gesto simbólico.
💬 Reflexión personal
Hay una pregunta incómoda que atraviesa este artículo como un bisturí:
¿por qué seguimos usando bicarbonato si ya sabemos que no funciona… o incluso hace daño?
No es por falta de evidencia. Desde 2005 las guías nos lo dicen claro. Este estudio lo confirma con 1,100 pacientes: más bicarbonato, menos supervivencia.
Entonces… ¿por qué persiste?
Porque el bicarbonato es nuestro viperonato emocional. Un gesto ritual. Una maniobra de cierre. Algo que hacemos cuando ya no sabemos qué más hacer. Porque “siempre se ha hecho”. Porque en medio del paro, hacer algo —aunque no sirva— parece mejor que hacer nada.
Y mientras tanto, seguimos resistiendo a usar intervenciones que sí tienen base fisiológica:
Presión diastólica como meta hemodinámica.
Compresiones guiadas por ETCO₂ o arteria.
Vasopresores secuenciales, esmolol, ventilación sincronizada.
Eso sí lo dudamos. Lo discutimos. Lo exigimos con RCTs. Pero el bicarbonato… lo damos sin pestañear.
Y no solo es ineficaz. Es una distracción peligrosa. Porque cada mililitro sin indicación es tiempo que no usamos para algo que sí podría ayudar.
Tal vez necesitamos menos fármacos heroicos, y más decisiones conscientes.
Menos reflejos… y más razones.
Menos “por si acaso”… y más “porque tiene sentido”.
“Lo que no tiene fisiología… no tiene justificación.”
En el paro cardíaco pediátrico, hacer más no siempre es hacer mejor.
Lo que repetimos sin evidencia puede volverse costumbre.
Pero lo que sostenemos con ciencia… puede volverse vida.
💬 ¿Y tú qué opinas?
Queremos saber cómo lo vives tú, ahí, en el código real, en el quirófano, en la UCI pediátrica. Porque las decisiones no solo se toman con evidencia… también con experiencia.
🔍 ¿Usas bicarbonato durante la RCP pediátrica?
¿En qué casos lo haces? ¿Lo decides tú o alguien más lo sugiere?
📉 ¿Has visto alguna vez un cambio real tras su administración?
¿Crees que ayudó… o que simplemente fue lo último que quedaba por hacer?
📑 ¿Tu equipo tiene criterios claros para su uso?
¿Se discute en los debriefings? ¿O es una intervención que nadie cuestiona?
✍️ Cuéntanos tu caso. Tu historia también puede enseñar.
Porque tal vez, lo más valiente no es dar un fármaco… sino dejar de hacerlo.