Adrenalina en RCP: medir la respuesta importa más que contar los minutos
Un nuevo estudio revela que no todos responden igual a la adrenalina en PC. La presión diastólica tras cada dosis podría predecir quién logrará RCE.
Adrenalina en RCP: lo importante no es darla, sino medir qué pasa después
Durante años, la adrenalina se ha administrado como parte esencial del protocolo de RCP.
La pregunta típica es:
“¿Ya pasaron tres minutos desde la última dosis?”
Pero quizá esa no debería ser la única pregunta que importa.
Quizá la verdadera pregunta clínica es esta:
“¿Qué hizo esa dosis en el paciente que tengo enfrente?”
Imagina este escenario: inyectas adrenalina, miras el monitor arterial, observas la curva y ves claramente que la presión diastólica se eleva significativamente.
No solo la administraste: confirmaste una respuesta efectiva.
Y entonces sí puedes pensar que ese paciente tiene más probabilidades de recuperar circulación espontánea (RCE).
Este enfoque, basado en medir la respuesta hemodinámica inmediata, podría marcar la diferencia entre una reanimación dirigida con precisión y una que se repite por reflejo, sin saber si realmente está ayudando.
Hoy analizamos un nuevo estudio publicado en Resuscitation (2025) que midió justamente esto: la respuesta real, objetiva y cuantificable a cada dosis de adrenalina durante la RCP.
Y la conclusión es reveladora:
Quienes responden mejor en términos de presión diastólica y media tienen mayor probabilidad de lograr RCE.
Quizás ha llegado el momento de dejar atrás el protocolo rígido…
y empezar a usar el dato fisiológico para guiar mejor nuestras decisiones.
Lo que hizo el estudio: “Real-time hemodynamic responses to epinephrine and their association with ROSC in out-of-hospital cardiac arrest” (Resuscitation, 2025), por el Dr. Sho Komukai y colaboradores.
Durante décadas, la adrenalina en paro cardíaco se ha administrado de manera sistemática y empírica. Sin embargo, la respuesta hemodinámica real en cada paciente —ese efecto fisiológico clave— no ha sido observada ni medida rutinariamente en tiempo real.
El reciente estudio liderado por Sho Komukai, publicado en Resuscitation (2025), se propuso justamente esto: medir en forma objetiva y continua la respuesta arterial inmediata después de cada dosis de adrenalina administrada durante el paro cardíaco extrahospitalario.
📌 ¿Qué hizo específicamente este estudio?
En 160 pacientes con paro cardíaco extrahospitalario, se midieron directamente a través de catéter arterial las siguientes variables hemodinámicas:
Presión arterial diastólica (DBP)
Presión arterial media (MAP)
Presión arterial sistólica (SBP)
Estas mediciones se realizaron justo antes y justo después de administrar cada dosis de adrenalina, permitiendo observar claramente la respuesta hemodinámica de cada paciente en tiempo real.
📈 ¿Por qué esto importa?
Porque no todos responden igual a la adrenalina.
En este estudio, los pacientes que lograron retornar a circulación espontánea (RCE) mostraron incrementos significativamente mayores en la presión diastólica y media tras recibir adrenalina, comparados con aquellos que no lograron recuperar el pulso.
Este hallazgo sugiere algo clave: la efectividad de la adrenalina no está en la dosis fija, sino en la respuesta fisiológica individual del paciente.
El estudio de Komukai nos obliga a preguntarnos si podemos anticipar el éxito de la reanimación usando estos datos como un marcador temprano.
Ahora, con esta evidencia a la mano,
¿seguiremos administrando adrenalina sin verificar su impacto real?
¿O comenzaremos a medir para decidir mejor?
¿Por qué algunos pacientes responden mejor que otros a la adrenalina?
El estudio del Dr. Sho Komukai y colaboradores en Resuscitation (2025) reveló que la respuesta inmediata en la presión diastólica tras administrar adrenalina puede predecir quién tiene más probabilidades de recuperar circulación espontánea (RCE). Pero esto lleva a otra pregunta fundamental:
¿Por qué algunos pacientes sí logran una respuesta hemodinámica intensa y otros apenas reaccionan?
La respuesta está en la fisiología.
🩸 La clave: sensibilidad vascular y estado metabólico
La adrenalina depende de un sistema vascular receptivo. Necesita vasos capaces de contraerse, receptores funcionales y un medio interno mínimamente preservado. Pero en muchos pacientes en paro cardíaco, esto ya no ocurre:
Vasoparesia severa: en acidosis extrema, el endotelio pierde capacidad de respuesta.
Disfunción endotelial: tras periodos prolongados sin perfusión, el vaso ya no reacciona como antes.
Daño previo al sistema vascular: enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o cardiopatía crónica alteran la respuesta fisiológica.
⏳ ¿Qué implica esto para el quirófano?
Que inyectar adrenalina sin considerar la respuesta es trabajar a ciegas.
Si la presión diastólica no sube tras la primera o segunda dosis, quizás estemos frente a un paciente en quien la adrenalina, simplemente, no va a funcionar.
Y esto no debería ser una señal para seguir dando más adrenalina, sino para detenernos a pensar qué otra estrategia de reanimación podría ser efectiva.
🔍 Cambiar el paradigma en la sala de operaciones
En quirófano tenemos la ventaja de monitoreo avanzado continuo:
Medición invasiva arterial.
Monitoreo continuo de ETCO₂.
Posibilidad de evaluar la respuesta inmediata tras cada intervención farmacológica.
No aprovechar esta ventaja para guiar nuestras decisiones, hoy es una oportunidad perdida.
Porque ya no se trata solo de administrar adrenalina.
Se trata de evaluar, en tiempo real, si esa adrenalina está teniendo algún efecto real y clínicamente relevante.
¿Vamos a empezar a medir para decidir mejor, o seguiremos confiando solo en protocolos automáticos?
¿Por qué algunos pacientes responden mejor que otros a la adrenalina?
El estudio del Dr. Sho Komukai y colaboradores en Resuscitation (2025) reveló que la respuesta inmediata en la presión diastólica tras administrar adrenalina puede predecir quién tiene más probabilidades de recuperar circulación espontánea (RCE). Pero esto lleva a otra pregunta fundamental:
¿Por qué algunos pacientes sí logran una respuesta hemodinámica intensa y otros apenas reaccionan?
La respuesta está en la fisiología.
🩸 La clave: sensibilidad vascular y estado metabólico
La adrenalina depende de un sistema vascular receptivo. Necesita vasos capaces de contraerse, receptores funcionales y un medio interno mínimamente preservado. Pero en muchos pacientes en paro cardíaco, esto ya no ocurre:
Vasoparesia severa: en acidosis extrema, el endotelio pierde capacidad de respuesta.
Disfunción endotelial: tras periodos prolongados sin perfusión, el vaso ya no reacciona como antes.
Daño previo al sistema vascular: enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes o cardiopatía crónica alteran la respuesta fisiológica.
⏳ ¿Qué implica esto para el quirófano?
Que inyectar adrenalina sin considerar la respuesta es trabajar a ciegas.
Si la presión diastólica no sube tras la primera o segunda dosis, quizás estemos frente a un paciente en quien la adrenalina, simplemente, no va a funcionar.
Y esto no debería ser una señal para seguir dando más adrenalina, sino para detenernos a pensar qué otra estrategia de reanimación podría ser efectiva.
🔍 Cambiar el paradigma en la sala de operaciones
En quirófano tenemos la ventaja de monitoreo avanzado continuo:
Medición invasiva arterial.
Monitoreo continuo de ETCO₂.
Posibilidad de evaluar la respuesta inmediata tras cada intervención farmacológica.
No aprovechar esta ventaja para guiar nuestras decisiones, hoy es una oportunidad perdida.
Porque ya no se trata solo de administrar adrenalina.
Se trata de evaluar, en tiempo real, si esa adrenalina está teniendo algún efecto real y clínicamente relevante.¿Vamos a empezar a medir para decidir mejor, o seguiremos confiando solo en protocolos automáticos?
Reflexión final: inyectar adrenalina es fácil, evaluar si funciona es nuestra responsabilidad
Durante años administramos adrenalina por protocolo, por reflejo, por costumbre.
Pocas veces nos detuvimos a medir si realmente cumplía su propósito en cada paciente individual.
Este nuevo estudio de Sho Komukai (Resuscitation, 2025) no viene a decir que la adrenalina sea inútil.
Viene a recordarnos algo mucho más profundo:
Lo importante no es dar el fármaco.
Lo importante es observar si genera un efecto fisiológico real.
Si la presión diastólica sube, hay más posibilidad de RCE.
Si no sube, quizá el problema no es la dosis…
quizá el paciente ya no puede responder.
El verdadero reto clínico no es seguir dando adrenalina.
Es tener el valor de medir, evaluar y decidir en función de esa respuesta.
Porque al final, reanimar no se trata de aplicar un protocolo ciegamente.
Se trata de aplicar la fisiología con los ojos abiertos.
«Inyectar adrenalina es fácil.
Lo difícil —y lo necesario— es confirmar si realmente funcionó.»
— Por Rafael Herrera / REASEL
💬 ¿Y tú qué opinas?
💉 ¿Has medido alguna vez la respuesta hemodinámica real tras administrar adrenalina durante la reanimación?
📉 ¿Crees que deberíamos cambiar los protocolos para incluir esta evaluación como estándar?
🩺 ¿Qué harías si confirmas que la adrenalina no está funcionando en tu paciente?
Este espacio no es para seguir haciendo lo mismo.
Es para que juntos empecemos a cuestionar, medir, decidir mejor… y reanimar con más criterio.
💬 Te leo en los comentarios.
🎓 ¿Quieres formar parte de esa transformación?
En el curso QxALS – Certificación en Paro Cardíaco Intraoperatorio Adulto, retomamos esa misma filosofía:
✔️ Casos reales
✔️ Entrenamiento en toma de decisiones
✔️ Interpretación fisiológica en tiempo real
✔️ Herramientas concretas, no recetas
Inscríbete con descuento exclusivo aquí: